A vueltas con los portátiles

De nuevo me preocupo por temas importantes para la humanidad.
Avanzan los sistemas operativos, las ventanas son cada vez más dulces y más gordas, pero mis problemas siguen sin ser resueltos. Cdaa vez los portátiles tienen más prestaciones hardware, peor el software que hay en ellos sigue siendo de madera de cedro.
Tengo un portátil, mi instrumento de trabajo para preparar clases, informes y demás. Y por su naturaleza portátil, cosa que vende mucho pero se cuida poco, puedo trabajar en mi casa y en el trabajo. No soy un viajante nato ni nada parecido, pero lo cierto es que arranco mi ordenador en dos sitios. Pues bien, si quiero escribir un documento, imprimirlo y mandarselo a mi jefe, el sistema operativo me ayuda más bien poco. La historia sería algo así como que empiezo en el trabajo, operando en red, en un momento dado me conecto a Google a buscar un dato usando un proxy, y al llegar la hora de salir le doy al botón imprimir para leer lo que he escrito en el autobus. Lo que pasaría si el ordenador se rompe o me lo roban por el camino lo dejo para otro post.
Llego a casa, enciendo el ordenador en otra red (eso parece que lo detecta 'casi bien', me pongo a trabajar de nuevo y de nuevo consulto Google. Mi navegador sigue esperando utilizar el proxy de trabajo, cosa un poco difícil. Y por fin termino. Le doy a imprimir y... nadie ha avisado a mi máquina de que la impresora por defecto está a veinte kilómetros de mi mesa. Cierra el globito alertabobos, cambia la impresora y reza por no voler a equivocarte. Bueno, el papel tiene buena pinta. El corrector ortográfico ya podía acordarse de esas trescientas palabras que usamos en castellano para todo, pero le perdono. Voy a enviar el correo y...tachán! tampoco nadie ha avisado al programa de que el servidor smtp es otro!! Bonita entrada de log. Cambio el servidor saliente y ya tengo mi correo enviado.
Como veis la historia no es dramática ni mucho menos, pero después de casi diez años que los portátiles se trivializaron y un montón de versiones de Windows y Linux, parece que los fabricantes están más preocupados de cambiar los temas de los colorines que de facilitarme la vida. La respuesta trampa linuxera o gadchet windowsera (que por cierto, yo he dado muchas veces) es: con linux se puede hacer: te bajas el pegote no se qué o te haces un script así y asá. Pero yo lo que quiero es que me den algo, y me lo den ya. Yo soy el cliente, que me hagan un poco la pelota. Que para eso dejo al sistema operativo cien megas de mi disco y un tercio de mi cpu.

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