Desde que se reabrió la M30 he pasado de ir al trabajo por el centro de Madrid y saberme todos los estrenos de la Gran Vía a convertirme en viajero interestelar y viajar por los túneles.
Y es que la sensación de ir por un agujero uniforme durante unos minutos es una cosa nueva para mí. Al principio, sin camino, sin velocidad y sin radio, incluso perdía la noción del tiempo.
Ahora ya ha vuelto la radio al interior (los expertos dicen que los túneles ya están 'mayados'? )y parece que se ha roto la magia. Han aparecido o me he fijado en multitud de aparatitos y detalles del interior que me dicen más o menos donde estoy. Pero sigue siendo extraño, un buceo profundo en el interior.
Siempre me he preguntado por la vida de los conductores del metro, a oscuras, bajo tierra y solos. me imagino sus caras saliendo del trabajo en un día soleado, como vampiros retorciéndose bajo la luz del Sol. Porque yo también salgo así a la superficie, como si me faltara el aire.
Pero ahora somos todos los extraños, los que hemos pasado por rato de oficinistas a viajeros del tiempo, como camino de un Titán que nos haga olvidar Gattacca...Nos han cambiado la ciudad por otra distinta.
Algún día tal vez sean así los viajes interprovinciales o internacionales. Pero espero que no viajemos solos.
Technorati Tags: M30, túnel, Madrid
Y es que la sensación de ir por un agujero uniforme durante unos minutos es una cosa nueva para mí. Al principio, sin camino, sin velocidad y sin radio, incluso perdía la noción del tiempo.
Ahora ya ha vuelto la radio al interior (los expertos dicen que los túneles ya están 'mayados'? )y parece que se ha roto la magia. Han aparecido o me he fijado en multitud de aparatitos y detalles del interior que me dicen más o menos donde estoy. Pero sigue siendo extraño, un buceo profundo en el interior.
Siempre me he preguntado por la vida de los conductores del metro, a oscuras, bajo tierra y solos. me imagino sus caras saliendo del trabajo en un día soleado, como vampiros retorciéndose bajo la luz del Sol. Porque yo también salgo así a la superficie, como si me faltara el aire.
Pero ahora somos todos los extraños, los que hemos pasado por rato de oficinistas a viajeros del tiempo, como camino de un Titán que nos haga olvidar Gattacca...Nos han cambiado la ciudad por otra distinta.
Algún día tal vez sean así los viajes interprovinciales o internacionales. Pero espero que no viajemos solos.
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